jueves, 30 de junio de 2016

CONICET: Un ex integrante del Museo Argentino de Ciencias Naturales denunciado

Denuncia contra Hugo De Vido, ex Secretario General de la COFECYT
(Recopilación realizada en base a distintos artículos periodísticos)

En el día de ayer (28/06) el controvertido Ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, pidió que se investigue a los ex funcionarios Luis Vitullo y Hugo De Vido, hermano del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, al denunciar que  desde esa cartera se concretó “el mayor fraude de la historia audiovisual argentina”.
Según Lopérfido”, usaron a la Universidad de San Martín (UNSAM) especialmente como “caja. “ Se hicieron un montón de telenovelas y series que no se vieron. Yo, el impacto lo calculo entre 1000 millones de pesos y 800 millones por año”
Luis Vitullo, fue quien hasta fines del 2015 se desempeñó como Director General de  Administración del Ministerio de Planificación, cartera donde además De Vido le confió  el manejo de diversos programas de la gestión kirchnerista. 
 Hugo De Vido, fue el encargado del COFECyT del Ministerio de Ciencia, Tecnología  e Innovación y Productiva (MINCYT) durante la anterior gestión del actual ministro Baranao .

Hugo De Vido entró a trabajar junto con otros colegas en la División Museología del Museo Argentino de Ciencias Naturales como un técnico de la Carrera de Apoyo cuando el anterior instituto del CONICET donde él trabajaba, el CIRGEO (Centro de Investigaciones en Recursos Geológicos) fue disuelto al fallecer en el 2003 su Director, el Dr. Bernabé J. Quartino, quien había presidido el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) durante menos de un año en el gobierno de Carlos Menem, entre 1990 y 1991.*

Un día Hugo De Vido se fue del MACN y se convirtió en el responsable del CONSEJO FEDERAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA [COFECYT. 

Durante años ejerció ese puesto hasta finales del 2015, pero también fue  el Coordinador del “Programa Federal de TV Digital Terrestre, (PFROFETED) del Ministerio de Ciencia y Tecnología”,creado  mediante la Resolución N° 0583/2010.
El objetivo de este Programa era “ Desarrollar la imagen de la señal y su respectiva programación, y promover los contenidos diseñados para la señal televisiva digital, en su plan editorial y formatos. Además, se propone establecer acuerdos con organismos para implementar una señal de TV digital abierta sobre ciencia, tecnología e innovación productiva, a través de un programa federal.
Hugo De Vido  contó en 2015 con un presupuesto de $1.265 millones, un 120% más que el año anterior.
Según el diario Perfil en 2015, De Vido tuvo por delante la implementación de las políticas de "Inclusión Digital", que contemplaban la entrega de decodificadores e inversión en redes y un gasto de $1.265 millones. En ese marco, se presupuestaron $305 millones para la contratación de técnicos y profesionales y $500.000 en pasajes. También hubo una partida de $89 millones para maquinaria y equipo, y $489 millones en transferencias a instituciones provinciales y municipales para inversión-
El Ministro Loperfido no entró en detalles sobre las acusaciones y evitó también mencionar el cargo de Hugo de Vido en el MINCyT .
Sin embargo la revista Noticias del viernes 1o. de Junio dice que Hugo De Vido seria socio de Atuel producciones y hay otro artículo periodístico que menciona que éste aun mantiene su cargo categoria A en el Ministerio de Ciencias..
Todo esto debera ser probado  ante la justicia.


El Ministro Barañao y el Secretario General de la COFECyT,Hugo de Vido

Referencias
Se puede leer mayor información sobre la Universidad de San Martín y las telenovelas en un artículo publicado en INFOBAE y otras noticias sobre el tema en:

Quedó a medio construir la Universidad que aportó fondos a una telenovela de Andrea del Boca”. www.infobae.com/.../1727570-

La fuerza del amor”, la telenovela de De Vido sobre el modelo  kirchnerista (http://www.lapoliticaonline.com/nota/93876/)

Subsidios de De Vido: Cancelan contratos con productoras de TV por $ 259 millones
www.cadena365.com/.../cancelan-contratos-con-productoras-de-tv-por-2..

El hermano de De Vido, detrás de $ 156 millones para la TV digital  http://www.perfil.com/politica/El-hermano-de-De-Vido-detras-de--156-millones-para-la-TV-digital-20141109-0018.html


Barañao mantiene al hermano de de Vido en el Ministerio de Ciencias
http://www.lapoliticaonline.com/nota/98658/
*El Geólogo Dr. B. Quartino fue delegado del rectorado de la UBA en la Facultad de Ciencias Exactas entre 1966 y 1967, poco después de la intervención de las casas de altos estudios por el gobierno del teniente general Juan Carlos Onganía. Y asumió el rectorado durante la gestión del teniente general Alejandro A. Lanusse. Hombre de temperamento fuerte, a comienzos de 1991 se alejó de la presidencia del Conicet tras un enfrentamiento con el secretario de Ciencia y Tecnología, Raúl Matera, que le pidió la renuncia. Le dijo a éste que no conocía la ciencia ni el Conicet.(La Nación).

miércoles, 22 de junio de 2016

CONICET: Carta de la socióloga , Dra. Mirta Varela, investigadora del CONICET al Presidente, Dr. Alejandro Ceccatto

Buenos Aires, 9 de junio de 2016
Sr. Presidente Conicet
Dr. Alejandro Ceccatto
c/c: Directorio del Conicet
De mi mayor consideración:

El Directorio del Conicet me ha designado como miembro de la Comisión Asesora de Sociología y Demografía para ingresos CIC. Se trata de una tarea que me honra, al mismo tiempo que me llena de responsabilidad y de inquietud. Me honra formar parte de un órgano de asesoramiento para decidir qué colegas se incorporarán al Área disciplinaria en la que desarrollo mi investigación, pero no puedo sino sentir preocupación cuando se me solicita que utilice criterios que no comparto para la realización de esta tarea. Como investigadora formada en un área donde la crítica es condición sine qua non para el trabajo intelectual, no puedo sino interrogarme acerca del sentido de la cuantificación de antecedentes standarizados con los que se mide a los postulantes para el ingreso a carrera del investigador.
Mi inquietud no es original, ya que numerosos investigadores, colectivos de investigadores en Ciencias Sociales y Humanas e inclusive varios integrantes de comisiones asesoras han expresado su desacuerdo con la aplicación de criterios externos a estas áreas para la evaluación en el Conicet y, de hecho, circula actualmente un petitorio donde se reclama el abandono de la aplicación de la jerarquización de revistas en la evaluación científica, es decir, la Resolución 2249/2014.
Quisiera dejar constancia de que intenté cumplir con mi tarea. Sin embargo, hacerlo me enfrenta a la constatación empírica de la arbitrariedad de estos criterios. Postulantes que presentan planes de trabajo interesantes y bien fundados, que dan cuenta de trayectorias sinuosas producto de la curiosidad intelectual, publicaciones originales que aportan conocimiento y perspectivas novedosas, pero que han demorado “demasiado” en concretarlas o que no se han preocupado lo “suficiente” en publicarlas en revistas del Grupo I porque lo hicieron donde tuvieron mayor circulación entre sus pares o divulgación entre los afectados por sus resultados, son calificados como “no recomendables”. Por el contrario, postulantes que publicaron un número considerable de artículos en forma acelerada, cuya lectura deja como saldo una profunda insatisfacción acerca de la madurez, la originalidad y el interés de los resultados presentados, cumplen con todos los requisitos para su recomendación a ingreso. Sería difícil culpar a los postulantes obedientes que siguieron esta última estrategia pero, personalmente, no podría sino cuestionar mi decisión si califico al segundo postulante por sobre el primero.
Aplicar la valoración que surge de los índices de revistas (para los cuales, dicho sea de paso, el Conicet ni siquiera me ofrece acceso gratuito en los casos que requieren pago) me enfrenta a contradicciones éticas insostenibles: ¿cómo reclamar al Conicet que deje sin efecto una resolución que yo misma estaría aplicando? ¿Cómo cuestionar criterios standarizados y cuantitativos cuando los estaría haciendo cumplir simultáneamente como miembro de la Comisión? Pero sobre todo: ¿cómo avalar un sistema de evaluación que considero que corroe la legitimidad y el prestigio de mi propio espacio de trabajo y que orienta a los futuros investigadores en una dirección que considero completamente inadecuada?
Entiendo que la legitimidad de esta institución –a la que me produjo un enorme orgullo pertenecer, al momento de obtener mi ingreso- sólo puede sostenerse si los criterios utilizados en la evaluación son transparentes, consensuados y autónomos respecto de lógicas ajenas al campo científico. Sin embargo, asisto con pesar al deterioro de esta legitimidad cada vez que los máximos exponentes de la Ciencia en Argentina utilizan las instituciones públicas con fines políticos partidarios, cuando colaboran con empresas cuyos efectos nocivos son de conocimiento público y cuando emiten opiniones sin fundamento acerca de cuestiones específicas de las Ciencias Sociales, banalizando nuestro trabajo.
El Ministro de Ciencia y Tecnología ha dicho recientemente que “toda la educación que todavía tenemos fue pensada para formar empleados obedientes de empresas muy grandes, era gente que tenía que saber su trabajo y obedecer. Hoy el cambio es radical: necesitamos gente que piense las cosas de otra manera” (Participación en Intratables, programa emitido por América TV, 24-5-2016). La cita no fue hallada en una publicación del Grupo I y, aunque fue pronunciada por un investigador de vasta trayectoria, puede ponerse en duda con una hipótesis y un método adecuados. Sin embargo, espero que no se me cuestione esta referencia para fundamentar lo que quiero decir: necesito pensar las cosas de otra manera y no puedo actuar como una empleada obediente. Por ese motivo, no voy a avalar con mi firma los ingresos a carrera decididos por medio de criterios que no comparto. Espero que el Sr. Presidente y los miembros del Directorio sepan comprender. En cualquier caso, es de suponer que el Ministro no podría sino estar de acuerdo con mi decisión.
Saludo a ustedes muy atentamente y quedo a su disposición para cualquier aclaración o ampliación,

Dra. Mirta Varela

CONICET: Comentarios al artículo de Kreimer (nota anterior)

a_teitelbaum200913:17 10/06/2016

Es bueno que se abra un debate sobre la política científica en Argentina. Lo más objetivo posible.
El 27 de abril, un grupo de diez investigadores le entregaron a Barañao un petitorio firmado por 3422 integrantes del sistema científico en el que detallaban una serie de puntos que estimaban "preocupantes"". No conocemos el contenido del petitorio. Esperamos que no se refieran solamente a su condiciones salariales y de subsidios sino también a la necesidad de establecer una política científica en función del interés nacional.
Hubo tal debate en los años 60-70 en torno  a la interrelación entre la ciencia básica y la aplicada  y el papel de ambas en un proyecto de desarrollo nacional profundamente transformador y con hondo contenido social.
Es imprescindible recomenzar ese debate ahora, no solo en la comunidad científica sino en la sociedad en general.
Y también se debe debatir sobre temas más inmediatos y urgentes, como, por ejemplo, si se debe seguir permitiendo el uso del glifosato, prohibido en numerosos países y también sobre los posibles efectos negativos para la salud de la agricultura transgénica, en particular los productos destinados al consumo directo por seres humanos, como la papa transgénica, etc.
En otros terrenos cabe establecer la razonabilidad de algunos proyectos en curso y las prioridades.
Por ejemplo hace ya algunos años que se está trabajando en el proyecto de lanzador de satélites Tronador, que se está cumpliendo varias etapas experimentales, con cohetes de distintas envergaduras. Algunos lanzamientos tuvieron éxito, otros no, pero ninguno estaba programado para llegar, ni llegó, a la estratósfera. Al parecer, la altura máxima alcanzada hasta ahora ha sido de 20 kilómetros.
El objetivo del Tronador II, que según se dice estará listo en 2020, es poder lanzar satélites pequeños (de hasta 250 kilos) destinados a la observación de la Tierra, monitoreo de emergencias o de recursos naturales e investigación.
La tecnología de cohetes para poner satélites en órbita se está desarrollando desde hace casi 80 años y en Argentina se trabaja – con un enorme gasto en recursos humanos y financieros – como si se estuviera en el comienzo de dicha tecnología.
Por otra parte, con una inversión en recursos humanos y materiales muchísimo  menor, como resultado del trabajo  de un pequeño grupo de particulares, desde  hace pocos días dos nanosatélites, llamados « Fresco » y « Batata » se convirtieron en los primeros en su tipo hechos en Argentina  fueron lanzados desde China y que son aptos para ofrecer servicios comerciales, específicamente para usos aplicados a la agricultura. Fueron puestos en órbita por un lanzador chino.
Al parecer, actualmente   en el mundo  solo  la Unión Europea  y nueve  países cuentan con lanzadores de satélites : Estados Unidos, Rusia, Japón, Unión Europea, China, India, Israel, Irán, Corea del Norte y Corea del Sur.
Cabe preguntarse entonces :  en primer lugar si tienen sentido las sucesivas costosas experiencias con el proyecto Tronador como si la tecnología para el lanzamiento de cohetes satelitales no estuviera ampliamente desarrollada ;  en segundo lugar  si tener cohetes satelitales es una prioridad para la Argentina (los países europeos , disponiendo de muchos más medios que Argentina, sumaron  sin embargo sus recursos en la Agencia Espacial Europea para tener un lanzador) y, en tercer lugar,  si no es mucho más económico fabricar satélites localmente para las necesidades del país y ponerlos en órbita con lanzadores de otros países, como se ha hecho con « Fresco y Batata » y antes con ARSAT.
Porque pensamos que Argentina tiene otras prioridades, sobre todo en  materia de infraestructuras básicas.
Por ejemplo,  la red ferroviaria que llegó a tener 47000 kilómetros ahora tiene 30000, buena parte de ella en condiciones deplorables, lo mismo que la red de carreteras que cuenta con sólo  entre 1500 y 2000  kilómetros de autopistas, según las fuentes.
Faltan escuelas, hospitales y en materia energética es prácticamente inexistente el aprovechamiento de las energías eólica y solar, con un gigantesco potencial la primera en la Patagonia y la segunda en el Norte del país.

En otros dominios hace falta también potenciar la investigación a fin de que las jóvenes generaciones aprendan a hacer una evaluación objetiva del estado de la economía y de la sociedad argentinas y de que conozcan que Argentina ha tenido durante toda su historia brillantes científicos, escritores, filósofos, sociólogos, psicólogos, etc. Temática esta última que ha sido deliberadamente descuidada, lo menos que puede decirse, por casi todos los gobiernos civiles y militares de los últimos 70 años

CONICET: Sin tantos avances en ciencia



PARA LA NACION JUEVES 09 DE JUNIO DE 2016

En los últimos 12 años hubo progresos en las políticas diseñadas para el sector, pero no se trató de la "época dorada" que algunos imaginan; la Argentina tuvo una performance peor que otros países de la región.
Los debates surgidos a partir de la intervención de Adrián Paenza -que expresó su disconformidad con las políticas del Gobierno y calificó como una "traición" la permanencia de Lino Barañao al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación- tienen muchas falacias, pero son una excelente oportunidad para discutir seriamente sobre la ciencia en la Argentina.
En los últimos doce años hubo avances en las políticas de ciencia y tecnología, pero estamos muy lejos de la "época dorada" que algunos imaginan.
Repasemos algunos aspectos positivos: en 2007 se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se aumentaron los ingresos a la carrera de investigador científico del Conicet y la cantidad de becas; se crearon proyectos de desarrollo tecnológico y social (PDTS), y se destinaron esfuerzos de relativa importancia para la construcción edilicia y de ciertas infraestructuras, entre otras cosas. También se dio un apoyo explícito a Invap y un par de emprendimientos más, y se crearon algunos fondos para estimular la producción tecnológica.

Podría decirse que la política científica se resume en dos aspectos centrales.
Por un lado, estimular la producción de conocimientos científicos de la más alta calidad. Por el otro, orientar esos conocimientos, y generar los mecanismos para su uso social o económico.
En ambos aspectos, la Argentina tiene resultados mediocres, peores que otros países de la región, lo que es resultado de las políticas implementadas. Que en períodos y gestiones anteriores los resultados fueran mucho peores no exime, por supuesto, del análisis presente. Y mucho menos alienta a exaltarlo como modelo.
Es común medir la calidad de los productos científicos según la cantidad de artículos publicados en revistas internacionales (aunque existen debates, por ejemplo, ya que no vale igual para las ciencias sociales o las tecnológicas). Según los propios datos del Mincyt, la producción de artículos de la Argentina creció un 17% entre 2009 y 2013 (plena "época dorada"). Parece bastante. Pero en el mismo período en Brasil aumentaron un 35%, en Chile un 56%, en México un 75% y en Colombia un 78%. La comparación con México es particularmente interesante: hace una década tenía una producción científica similar, y hoy casi duplica la de nuestro país. De los países de América latina el único que tiene un crecimiento menor que la Argentina es Venezuela: la cantidad de artículos bajó el 9%. Nada que agregar.
Es importante explicar la expresión "no se pagan los subsidios desde hace dos o tres años": para hacer investigación científica es indispensable contar con aparatos específicos -a veces sofisticados- y que funcionen. Además, es necesario comprar periódicamente reactivos ("frasquitos"), sin los cuales simplemente no se puede trabajar, como un respostero si no puede reparar o cambiar el horno, o comprar harina, huevos o chocolate. Si durante dos años no se paga, las actividades no se pueden planificar, o se atrasan, o se hacen "atadas con alambre". O no se hacen.
Además, el monto de los subsidios ha sido muy bajo: un promedio de 10.000 o 15.000 dólares por año por proyecto (datos promedio del Foncyt, principal financiador). Con alta inflación, al cabo de tres años se pierde la mitad de su valor. Además, a esos montos sólo acceden grupos muy buenos, ya que el Foncyt tiene una evaluación muy exigente y un número limitado de proyectos, y sólo las más altas calificaciones acceden a los fondos. Hay unos muy poquitos grupos que pueden tener fondos más importantes, pero la mayoría cuenta con muchos menos recursos (en las universidades es mucho menor: la UBA otorga un máximo de algo más de US$ 1000 por año para todo el grupo).
Con ese dinero es difícil hacer ciencia de excelencia: el viaje de dos investigadores a un congreso internacional implica gastar la mitad del dinero. Y ni hablar de andar comprando reactivos o materiales que se necesitan.
Sigamos con los salarios, tema que parece tabú (como si los científicos se alimentaran de la episteme): desde hace años los investigadores argentinos son los que peores salarios reciben, entre los países más relevantes de América latina: un investigador independiente del Conicet (unos 15 años de antigüedad, normalmente con doctorado y posdoctorado) gana de bolsillo entre 1500 y 1800 dólares por mes. Eso es entre la mitad y un tercio de lo que ganan en Brasil, Chile, Colombia o Uruguay. Aunque la vocación no se mide sólo en dinero, estimular vocaciones científicas con esos salarios se hace cuesta arriba.
Hablemos del otro objetivo: la transferencia de conocimientos. Más allá del apoyo a Invap y otras iniciativas valiosas (como la asociación entre YPF y el Conicet), globalmente el conocimiento que se produce en nuestro país tiene escasísimas aplicaciones y usos productivos. Hace años llamé a ese fenómeno CANA (Conocimiento Aplicable No Aplicado). Sin querer abrumar con cifras (necesarias para discutir seriamente), la cantidad de patentes otorgadas (un indicador indirecto pero indicador al fin) muestra que la Argentina no aumentó, e incluso disminuyó, según los años que se consideren (datos de Ricyt): Colombia registra para 2013 el doble de patentes que nuestro país, Brasil el triple y México cinco veces más.
El gasto de las empresas en CyT, que en los países desarrollados es más de la mitad del gasto total, ha sido un problema tradicional en América latina. Sin embargo, en nuestro país es peor: menos de 25% del total; en Chile y Colombia es un tercio, mientras que en Brasil ya se acerca a la mitad. Al igual que en los salarios, no nos comparamos con Alemania, sino con nuestros vecinos.
Otro punto oscuro: nuestro país prácticamente no otorga becas para el exterior, de doctorado y posdoctorado, desde la crisis de 2001 (sólo unas pocas decenas por año). En un mundo globalizado, las elites científicas suelen circular; pero como nuestro país no lo financia, los jóvenes buscan las oportunidades para ir al extranjero según el financiamiento de quienes los reciben, para trabajar en los temas que les interesan... a quienes los reciben. Cuando regresan, normalmente siguen trabajando en esos temas, y difícilmente en aquellos que podrían ser útiles al país. Exactamente lo contrario de lo que hizo, por ejemplo, Brasil a comienzos de los años 2000.
No es honesto intelectualmente atribuir todas estas dificultades a la devaluación operada por el nuevo gobierno. Esto profundizó algunas cuestiones, pero todas las dificultades son de larga data. Así como si decimos que no hay pobres (o que hay menos que en Alemania) resulta imposible luchar contra la pobreza, si pensamos que tenemos una ciencia maravillosa (aun si tenemos excelentes científicos) que genera conocimiento útil para nuestra sociedad, no vamos a superar la preocupante situación actual.
Especialista en Sociología política e historia de la ciencia. Investigador principal del Conicet.

El CONICET confirmó que se viene el ajuste

Desde principios de año algunos compañeros venimos batallando para denunciar la profundización del ajuste en CONICET, que amenaza llevarse puestos a los becarios e investigadores del organismo. Señales no faltaban: se venían demorando injustificadamente ingresos y pagos de distintos programas, alegando informalmente problemas presupuestarios, y el propio presidente del CONICET anunció públicamente que la estructura actual del organismo es inviable. Y todo en un contexto en el que el se había iniciado ya un proceso de ajuste en el Estado con miles de despidos. Sin embargo, las representaciones gremiales de investigadores y becarios se empeñaron en “trasmitir tranquilidad”, señalando que no había nada de que preocuparse y que el ajuste no nos alcanzaría por ahora. Pero en las últimas semanas la situación comenzó a cambiar: el propio Ceccatto reconoció públicamente los problemas presupuestarios que explicarían los retrasos que antes negaban. Ahora se sumó una confirmación oficial de todo lo que veníamos denunciando, como se desprende de lo expresado en la reunión que el lunes tuvieron distintos colectivos de becarios y organizaciones gremiales con las autoridades del CONICET en la Mesa de Becarios.
El Ministerio de Modernización mete la cola
Uno de los datos más alarmantes con que nos encontramos en la reunión del lunes fue que los concursos de Ingresos aprobados en 2015 tendrían que ser revisados por el Ministerio de Modernización. Es decir, por el organismo que encabeza el ajuste en el Estado, revisando contratos y concursos y determinando quién se queda y quién se va. El dato no es menor, porque la información con que contábamos hasta ahora era que Modernización no revisaría esos concursos. Quienes se ocuparon de difundir que los concursos CIC y CPA no estaban alcanzados por el decreto que ponía todas las contrataciones del Estado bajo la lupa de Modernización fueron los compañeros de ATE CONICET Saavedra 15. Eso dijeron en todas las reuniones que se hicieron en febrero por el problema de los ingresantes e incluso lo pusieron en un comunicado oficial. Con ese argumento se empeñaron en “llevar tranquilidad” (que otros espacios gremiales, como JCP, asumieron sin dudar), acusando de “alarmistas” a quienes decíamos que no podíamos estar tranquilos con eso. Hoy se demuestra que teníamos razón: Modernización va a revisar nuestros contratos. Las autoridades del CONICET señalaron que no tenían indicios de que esa revisión pudiera implicar que algún concurso se anulara, pero tampoco dieron garantías de que no pudiera pasar. La experiencia en otras reparticiones estatales muestra lo contrario: cada vez que Modernización mete la cola, cientos de compañeros se quedan sin trabajo. Es imperioso exigir que nuestros concursos no pasen por Modernización, y se nos dé el ingreso inmediato a todos los investigadores con concursos ganados.
El CONICET sin presupuesto
Otra noticia preocupante que surge de la reunión del lunes son los graves problemas presupuestarios que tiene actualmente el CONICET, que ponen en peligro la adjudicación de ingresos, becas y diferentes programas. El dato no es nuevo, ya lo había anticipado Ceccatto hace dos semanas en la entrevista a La Nación. La novedad es la gravedad del asunto, que hasta ahora no habían reconocido. Según las autoridades, hay tres problemas diferentes que se juntaron en esta coyuntura: a) Que las partidas presupuestarias correspondientes a enero, febrero y marzo fueron menores a lo habitual; b) Que debieron solicitar una ampliación del presupuesto para afrontar gastos no previstos; c) Que debieron asumir deudas que venían de la gestión anterior. Aunque se mostraron muy tranquilos respecto a la pronta solución de estos problemas (porque había un compromiso del gobierno con la ampliación del presupuesto solicitada y porque en abril se regularizarían los montos de las partidas), lo cierto es que hasta ahora la situación viene causando múltiples perjuicios para los investigadores, y que no hay garantías de que esto se resuelva inmediatamente. Todos los problemas que veníamos denunciando hasta ahora fueron explicados por la falta de presupuesto: las demoras en adjudicar los ingresos 2014, las demoras en conceder las prórrogas de las becas posdoctorales, las demoras en el pago de subsidios, en conceder licencias médicas y en adjudicar las becas para estadías en el exterior. Cabe aclarar que detrás de cada demora hay personas: que pasan meses sin cobrar un sueldo, viviendo del aire porque no salen las altas para los ingresantes; que hasta el último día no saben si su beca será prorrogada y cobrarán su sueldo el mes que viene; que no saben si se quedarán fuera del sistema porque no se concedió una licencia médica; o que no pueden planificar su viaje al exterior, porque a días de que comiencen las estadías no se sabe quién cuenta con beca y quién no. El problema es grave, y puede agravarse aún más. Ya hay indicios de ello: uno de los compromisos asumidos el lunes en la Mesa de Becarios fue que se concederían becas extraordinarias para los ingresantes que están fuera del sistema, mientras se tramitan las altas. Esas becas se conceden por pedido del afectado, y se resuelven (según nos dijeron), en la reunión de directorio que sigue a la presentación del pedido. Sin embargo, en estos días nos enteramos de que en la próxima reunión de directorio (30 y 31/3) no se tratarán los pedidos de becas extraordinarias presentadas “por los problemas presupuestarios”. Es decir, que a tres días de la Mesa de Becarios ya no pueden cumplir las promesas que hicieron. La situación es grave. Qué pasará el mes que viene si no baja el presupuesto, ¿dejarán de pagar sueldos? Hay que denunciar esta situación: exigir la ampliación presupuestaria y que se regularice la remisión de partidas inmediatamente.
¿Adiós a las becas CONICET?
Por último, nos encontramos con una novedad que pone en duda la continuidad de las becas del CONICET. Según se explicó, este año la convocatoria a becas incorporará una novedad: las Ideas Proyecto. Estos proyectos serán elaborados por los institutos dependientes del CONICET, y tendrán prioridad en la asignación de becas respecto a quienes se presenten por fuera de ellos. Entonces, este año habrá tres modalidades para presentarse a becas: 1) Las becas en temas estratégicos, definidos por el Ministerio de Ciencia y Técnica; 2) Las becas asociadas a las Ideas Proyecto; 3) Las becas en “temas libres”. Aunque no se explicitó la asignación de cupos para cada modalidad, si se aclaró que las dos primeras modalidades tendrán prioridad por sobre los temas libres. Es decir, que las líneas definidas por el Ministerio (en las que prácticamente no hay lugar para las ciencias sociales), y las definidas por las camarillas de los Institutos, relegarán a quienes vengan de afuera del sistema. Es claro que con la nueva asignación saldrán perdiendo los institutos CONICET chicos, sin recursos para generar proyectos y sin poder para imponerlos, las líneas de investigación radicadas en institutos CONICET pero sin peso en la dirección de los mismos, y quienes vayan por instituciones que no pertenecen a la red del CONICET. En fin, un intento de regimentación de los ingresos al CONICET, que sirve en bandeja las becas a las camarillas de los institutos, que podrán controlar de antemano quién entra y quién no. Lo que redundará en una reproducción del status quo, cerrando la posibilidad de que se desarrolle conocimiento por fuera de las líneas de investigación dominantes. No solo eso: esta es la primera avanzada del ajuste en la cantidad de becas. Aunque las autoridades se comprometieron a no reducir el número de becas este año, es claro que se trata de un globo de ensayo para empezar a ajustar a futuro. Los equipos que no tengan poder para “rosquear” su continuidad en el organismo, se irán quedando sin becarios. Los investigadores que estén en institutos por fuera del Conicet verán obstruida la posibilidad de incorporar becarios y formar nuevos investigadores, lo que llevará al vaciamiento de esos centros y de sus líneas de investigación. Y cuando llegue el momento de entrar a Carrera de Investigador, es claro que los pocos cupos se asignarán a los que entraron con la banca de los institutos más grandes. Hay que parar esta reforma, si no queremos que el CONICET comience a cerrarse para todos los que estamos fuera de la rosca y que se refuercen los mecanismos de camarilla que ahogan la posibilidad de democratizar la ciencia en la Argentina. Si quieren Ideas Proyecto, que aumenten las becas.
¿Qué más señales necesitamos para poner en pie la lucha contra el ajuste que ya está implementando el CONICET? Es hora de movilizarnos con todas nuestras fuerzas, para derrotar esta política que augura despidos, recortes de presupuesto y becas. El 15 de abril JCP convocó a una jornada de lucha en el marco del Día del Investigador. Hay que llevar nuestros reclamos al Ministerio de Ciencia y Técnica y replicar esa lucha en todo el país, para exigir:
– Que ningún concurso sea revisado por el Ministerio de Modernización.
– Ingreso inmediato a todos los CIC 2015.
– Que se ejecute la partida presupuestaria pautada del CONICET y se otorgue la ampliación solicitada.
– Aumento del presupuesto para CyT.
– Ninguna reducción en las becas para “temas libres”, basta de becas para las camarillas.

Razón y Revolución

CONICET: Acerca de una política científica en Argentina

Tomado de Rebelión que ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
El 27 de mayo último, Nora Bär, la periodista que se ocupa de temas científicos en el diario La Nación escribía: «Las críticas de Paenza abrieron una polémica entre los investigadores. Algo cambió en la comunidad científica: nunca antes la discusión sobre la ciencia local estuvo tan en el candelero»…
Esto es cierto sólo parcialmente.
Porque algunos temas se abordaron directamente, otros de manera sesgada y algunos de los más importantes se omitieron.
Cabe citar entre dichos temas si la triplicación del número de investigadores durante el kirchnerismo se reflejó en un aumento proporcional de los trabajos científicos. Si todos los investigadores que vieron renovados sus contratos o becas cumplieron con el requisito de producir trabajos. Si hubo discriminación política o si se privilegiaron determinadas corrientes o enfoques en las distintas áreas de investigación en el otorgamiento de contratos o becas.
El Reglamento correspondiente del CONICET, actualizado el 8 de septiembre de 2014 (Resolución DW 3386) dice en su artículo 11:
Artículo 11: PRESENTACIÓN DE INFORMES.
Los becarios tienen la obligación de presentar los informes de los trabajos realizados y si corresponde, los comprobantes de su avance en el doctorado expedidos por la autoridad de la institución académica donde los realiza, acompañados por la evaluación efectuada por los directores.
El CONICET se reserva el derecho de solicitar informes suplementarios al becario y a los directores, cuando lo considere oportuno.
El informe será calificado como SATISFACTORIO o NO SATISFACTORIO según las normas de evaluación del CONICET.
Si los informes evaluados fueran calificados no satisfactorios, la Institución resolverá el cese de la beca de manera inmediata y automática.
Mientras no quede claro si estas disposiciones se respetaron en todos los casos, puede subsistir la sospecha de que en el CONICET, como en todo el resto de la administración pública, se practicó una política clientelista.
Y en el reciente debate se omitió lo más importante: cuáles fueron los beneficios económicos y financieros para el país y sobre todo si hubo una política global en torno a algunos proyectos con miras a un desarrollo nacional armónico y autónomo con parámetros sociales, ambientales, etcétera. Al parecer no, según se desprende de las declaraciones –que citamos más adelante- de Alejandro Ceccatto, el nuevo director del CONICET, en la última parte de su debate con Paenza.
Ceccatto, además de mostrar las falencias del CONICET, esbozó la necesidad de producir cambios importantes en su seno en materia institucional y de políticas. Dijo que el CONICET requiere transformaciones profundas, una «reingeniería institucional».
Esto lo confirmó Barañao, quien fue Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del anterior Gobierno y sigue siéndolo del actual, en una parte de sus declaraciones cuando el tema Paenza ocupaba lugares destacados en los medios de comunicación. Dijo Barañao:
"Son diferentes estilos de gestión. Se mantuvo todo el staff del ministerio, los que se fueron son los que por motivos ideológicos consideraron que no debían seguir".
"Ahora hay otra filosofía de trabajo. Yo mandaba un mail a la Presidenta con lo que necesitaba, cuáles eran las posibilidades, etcétera. Diez minutos más tarde sonaba el teléfono y me daba una respuesta. Ahora tenemos un esquema más cooperativo, tenemos gabinetes. El nuestro es un Ministerio de servicio".
Resulta grotesco que una señora que cree que la fórmula del agua es H dos CERO y que hablando del glifosato no sabe distinguir un herbicida de un fertilizante, haya dado directrices en materia de investigación científica.
Pero más grave aún es que esta señora, ocupando la Presidencia de la Nación y con un enorme poder de decisión, en un discurso se declaró orgullosa de la presencia de Monsanto en el país e hizo la apología de otros inversores –o supuestos inversores- transnacionales. Con lo cual demostró no saber nada sobre lo que conviene o no a Argentina para promover el desarrollo nacional.
Dijo también Barañao:
"Las nuevas generaciones tienen que encarar una educación distinta, más flexible, con más libertad para lo individual. La educación que tenemos fue pensada para formar empleados obedientes (nuestro el subrayado), hoy el cambio tiene que ser radical. No es fácil de modificar esa perspectiva".
(Diario La Nación, 24 de mayo de 2016)
Agregó Ceccatto en su conversación con Paenza que el CONICET es conocido por sus científicos brillantes pero mucho menos por lo que hace por la vida común de las gentes y que debería tener un plan estratégico y algunos proyectos insignia. Agregó que sobre casi 10.000 investigadores sólo 309 son tecnólogos a tiempo completo y el resto, el 97%, se dedican a ciencia básica. Aclaró que no ponía en cuestión la investigación en ciencia básica sino que consideraba que era necesartio restablecer cierto equilibrio entre ciencia básica y aplicada.
Estas consideraciones de Ceccato pueden oírse en https://www.youtube.com/watch?v=P88K5Wf8xpg a partir del minuto 14 del vídeo. En algunas redes se ha omitido esta segunda parte del video, a mi juicio la más importante.
La doctora Raquel Chan, directora del Conicet de Santa Fe, declaró que "es cierto que [con el anterior gobierno] no estaba todo resuelto y que una línea de subsidios estaba atrasada (nuestro el subrayado). Pero también que en los últimos tres años y medio en Rosario construimos cinco edificios. Fue un avance tan grande la creación del ministerio, agregar miles de metros cuadrados, que por ahí la gente no se quejaba del sueldo porque le daba vergüenza".
Aparte de que es curioso que una científica mida el desarrollo en el campo de la investigación por la cantidad de metros cuadrados de nuevos edificios, la doctora Chan y su equipo tienen le mérito de haber inventado –en colaboración con la empresa argentina Bioceres-, una semilla resistente a la sequía: el HB4.
Invento argentino que sin embargo durante el Gobierno de CFK se ha compartido, no sabemos por qué, con empresas norteamericanas: Arcadia Biosciences, basada en Davis, California y Dow AgroSciences, basada en Indianápolis, Indiana, ambas subsidiarias del gigante transnacional Dow Chemical.
No sabemos si antes los científicos no se quejaban por sus bajos sueldos porque les daba vergüenza, como dice la Dra Chan o porque tenían miedo que los echaran diciéndoles: "pícaro te voy a enseñar andar reclamando sueldos".
Ahora parece que los científicos perdieron la vergüenza, según la Dra. Chan o quizás el miedo.
"El 27 de abril, un grupo de diez investigadores le entregaron a Barañao un petitorio firmado por 3422 integrantes del sistema científico en el que detallaban una serie de puntos que estimaban 'preocupantes'." No conocemos el contenido del petitorio. Esperamos que no se refieran solamente a su condiciones salariales y de subsidios sino también a la necesidad de establecer una política científica en función del interés nacional.
Puede ser que, como escribió Nora Bär, «nunca antes la discusión sobre la ciencia local estuvo tan en el candelero», si se mide en términos de la repercusíón periodística que hubo en los grandes medios del desconocimiento puesto de manifiesto por Paenza en su debate con Ceccatto acerca del estado de la gestión del CONICET en los últimos años.
Pero no es así en cuanto a que antes no hubo tales debates en la comunidad científica.
Los hubo en los años 60-70 de manera intensa e interdisciplinaria en torno a la interrelación entre la ciencia básica y la aplicada y el papel de ambas en un proyecto de desarrollo nacional profundamente transformador y con hondo contenido social.
Es imprescindible recomenzar ese debate ahora, no solo en la comunidad científica sino en la sociedad en general.
Y también se debe debatir sobre temas más inmediatos y urgentes, como, por ejemplo, si se debe seguir permitiendo el uso del glifosato, prohibido en numerosos países y también sobre los posibles efectos negativos para la salud de la agricultura transgénica, en particular los productos destinados al consumo directo por seres humanos, como la papa transgénica, etc.
En otros terrenos cabe establecer la razonabilidad de algunos proyectos en curso y las prioridades.
Por ejemplo hace ya algunos años que se está trabajando en el proyecto de lanzador de satélites Tronador, que se está cumpliendo varias etapas experimentales, con cohetes de distintas envergaduras. Algunos lanzamientos tuvieron éxito, otros no, pero ninguno estaba programado para llegar, ni llegó, a la estratósfera. Al parecer, la altura máxima alcanzada hasta ahora ha sido de 20 kilómetros.
El próximo ensayo será con el VEX 5A. Aunque en su vuelo no saldrá de la atmósfera, por primera vez se probará un prototipo con dos etapas que se separarán al alcanzar la velocidad y condiciones indicadas. “Uno de los objetivos de estos ensayos es poder tener información que nos sirva para modificar los diseños siguientes. Este tipo de tecnologías no es algo que se pueda aprender en manuales”, afirmó un ingeniero que participa en el proyecto.
En el proyecto participan la CONAE y distintos organismos e instituciones nacionales, como la Universidad de Buenos Aires, de Córdoba, de La Plata, la del Sur y la de Mar del Plata, entre otras. Por su parte, la empresa VEN es la responsable de los sistemas del vehículo e INVAP está a cargo de la construcción de la base de lanzamiento definitiva en Puerto Belgrano.
El objetivo del Tronador II, que se estima estará listo en 2020, es poder lanzar satélites pequeños (de hasta 250 kilos) destinados a la observación de la Tierra, monitoreo de emergencias o de recursos naturales e investigación. En la actualidad, para enviar al espacio un satélite pequeño se debe aguardar el lanzamiento de un satélite mucho más grande que permita incorporarlo como carga secundaria. Al VEX 5A le seguirá VEX 5B, cuyo lanzamiento está programado para 2017, al que se le sumará el VEX 5C en 2019. 
En Julio de 1950 se lanzó el primer cohete desde Cabo Cañaveral, Florida: el Bumper 2. Fue un cohete de 2 compartimentos. La parte superior era capaz de alcanzar entonces una altitud de 400 kilómetros.
En 1957, la Unión Soviética lanzó el Sputnik I y Sputnik II, los primeros satélites artificiales alrededor de la Tierra. En respuesta a esto, en 1958, los Estados Unidos crearon la NASA.
Es decir que la tecnología de cohetes para poner satélites en órbita se está desarrollando desde hace casi 80 años y en Argentina se trabaja –con un enorme gasto en recursos humanos y financieros– como si se estuviera en el comienzo de dicha tecnología.
Por otra parte, con una inversión en recursos humanos y materiales muchísimo menor, como resultado del trabajo de un pequeño grupo de particulares, desde hace pocos días dos nanosatélites se convirtieron en los primeros en su tipo hechos en Argentina que giran en órbita y son aptos para ofrecer servicios comerciales, específicamente para usos aplicados a la agricultura. "Fresco" y "Batata", los nombres de estos aparatos, pesan 35 kg cada uno y se desplazan uno detrás del otro a lo largo de una órbita polar: rodean la Tierra pasando por los polos, y lo hacen a 500 km de altura. Fueron lanzados desde China y completan una vuelta cada 93 minutos.
Al parecer, actualmente en el mundo solo la Unión Europea y nueve países cuentan con lanzadores de satélites: Estados Unidos, Rusia, Japón, Unión Europea, China, India, Israel, Irán, Corea del Norte y Corea del Sur.
Cabe preguntarse entonces: en primer lugar si tienen sentido las sucesivas costosas experiencias con el proyecto Tronador como si la tecnología para el lanzamiento de cohetes satelitales no estuviera ampliamente desarrollada; en segundo lugar si tener cohetes satelitales es una prioridad para la Argentina (los países europeos, disponiendo de muchos más medios que Argentina, sumó sin embargo sus recursos en la Agencia Espacial Europea para tener un lanzador) y, en tercer lugar, si no es mucho más económico fabricar satélites localmente para las necesidades del país y ponerlos en órbita con lanzadores de otros países, como se ha hecho con «Fresco y Batata» y antes con ARSAT.
Porque pensamos que Argentina tiene otras prioridades, sobre todo en materia de infraestructuras básicas.
Por ejemplo, la red ferroviaria que llegó a tener 47000 kilómetros ahora tiene 30000, buena parte de ella en condiciones deplorables, lo mismo que la red de carreteras que cuenta con sólo entre 1500 y 2000 kilómetros de autopistas, según las fuentes.
Faltan escuelas, hospitales y en materia energética es prácticamente inexistente el aprovechamiento de las energías eólica y solar, con un gigantesco potencial la primera en la Patagonia y la segunda en el Norte del país.
En un comentario de ENARSA se puede leer: «El recurso solar en el Noroeste de la Argentina es tan abundante que potencialmente podría abastecer a toda la demanda de energía eléctrica del país (excepto por el hecho de que la demanda se produce también durante la noche y el recurso solar está disponible obviamente de día, lo cual sugiere la prioridad de investigar sobre sistemas de almacenamiento de energía solar)».
En otros dominios hace falta también potenciar la investigación a fin de que las jóvenes generaciones aprendan a hacer una evaluación objetiva del estado de la economía y de la sociedad argentinas y de que conozcan que Argentina ha tenido durante toda su historia brillantes científicos, escritores, filósofos, sociólogos, psicólogos, etc. Temática esta última que ha sido deliberadamente descuidada, lo menos que puede decirse, por casi todos lo gobiernos civiles y militares de los últimos 70 años.

CONICET: Ciencias: el país atrasa

Por Luis Quesada Allué
reproducido de Revista Noticias (4/6/2016)
Esto sucede a pesar de tener científicos brillantes. Los índices muestran que ha habido retrocesos en el ranking de naciones.

Desde hace mas de un siglo, numerosos argentinos se han destacado en Ciencias y Humanidades, gracias a la excelente formación en universidades públicas y al mantenimiento (a veces heroico) de escuelas de pensamiento y técnicas. Son recurrentes las referencias a científicos brillantes del pasado; como Bernardo Houssay, Luis F. Leloir, César Milstein, Eduardo de Robertis, y muchos otros. Y hoy localmente contamos con figuras que destacan entre lo mejor de la ciencia internacional, como Gabriel Rabinovich, Andrea Gamarnick y muchos otros.
Sin embargo desde 1966, más allá de instituciones, grupos e investigadores de indudable excelencia y a pesar de los recientes incrementos en casi todos los parámetros inherentes al sistema científico, el país no ha dejado de atrasarse con respecto a los demás. En ninguna nación se duda ya sobre la necesidad de contar con un sistema científico y tecnológico y una política de Estado acorde, para desarrollarse y competir. Y sin embargó, los indicadores cuantitativos y cualitativos de Argentina muestran un continuo retroceso en Ciencias y Tecnología (CyT). Contrastando con la mayoría de los países comparables por población y/o desarrollo que se han mantenido o subido en el ranking mundial de países.
Así, analizando los documentos generados en todas las disciplinas, el banco de datos llamado SCOPUS muestra que, entre 2000 a 2014 la Argentina descendió  de la posición 33 a la 41, mientras que Brasil subió de la 17 a la 13, México de la 28 a la 29, España se mantuvo en 10 y Portugal paso de la 37 a la 27. El retroceso global de la posición Argentina se debe al descenso en la mayoría  de las disciplinas. (Por ejemplo, los descensos entre 1996 y 2014 han sido: en Ingeniería 15 lugares: en Física mas Astronomía, 12, en Química 13, en Medicina 8 y en ciencias Económicas, 13).
¿Cuáles son las causas de la situación? Desde 1943, el marco político casi siempre fue, cuando menos, difícil para el desarrollo científico, con los conocidos períodos nefastos para el sector, incluyendo las universidades. Fueron excepción los enormes avances durante los gobiernos de Frondizi, e Illia, contrastando con la devastadores acontecimientos de 1943, 1966, octubre de 1974 y 1976. En lo presupuestario, se puede advertir que el actual porcentaje del Producto Bruto Interno dedicado a ciencia y tecnología es paupérrimo. En 2013 fue del 0,06 % habiendo crecido solo 0,2% desde 1996, mientras que por ejemplo Brasil y España es de más del 1,2%.
Para no retroceder Argentina debería alcanzar como mínimo ese nivel; sabiendo que, para desarrollarnos más, se necesitaría alcanzar el 2%, que es lo destinado por muchos países avanzados.
Además se requiere con urgencia más presupuesto para que los salarios y becas de investigadores y estudiantes de doctorado sean dignos. El deterioro de los mismos desde 2011 ha tomado conocimiento público cuando,  antes del cambio de gobierno, prestigiosos científicos (que antes no confrontaban) decidieron encabezar el reclamo salarial, aboliendo así los miedos pre-existentes en el resto de la comunidad científica.
El aumento de fondos también permitiría diseñar políticas de Estado federales, en lo tocante a subsidios, áreas a promover, equipamiento, edificios, etc.
En Argentina, las ciencias y tecnología actuales se diseñaron y crecieron de abajo hacia arriba, por  expansión de núcleos pre-existentes. Estos impulsaron temas y proyectos, plantearon necesidades y sugirieron estrategias obviamente ligadas a sus genuinos intereses y áreas de conocimiento. Incluso, el Ministerio que jerarquizó a la Ciencias y a los científicos, no fue creado en base a estudios de base cero, que contemplaran las necesidades de un país federal, competitivo con los demás, sino por la compactación de dos entidades pre-existentes. Una, el Consejo Nacional de CyT (CONICET) fue creada en 1957 sobre el modelo francés y otra, la Agencia (ANPICyT), iniciativa del gobierno menemista para ganar influencia en el sector, captando préstamos de bancos internacionales y restando importancia al CONICET.
Hasta donde se conoce, por falta de suficientes estudios ad hoc, nadie sabe con certeza si estos instrumentos institucionales y administrativos son los mejores y/o más eficientes para lograr que la Argentina, con sus valiosos recursos humanos y naturales y sus tradiciones, pueda estar en el futuro entre los 30 países más influyentes en ciencia, tecnología y humanidades.



Biólogo y Dr. en Química, Profesor UBA-Investigador del IIBBA-CONICET /Fundación Leloir.

CONICET: (Ciencia) Quejas a granel

Página 12 ; 22/4/2016
Más de 300 científicos se reunieron ayer por la tarde en el Instituto Patria con Cristina Fernández de Kirchner en la última actividad pública de la ex presidenta en Buenos Aires antes de regresar a El Calafate. Durante el encuentro, gestionado por el colectivo Ciencia y Tecnología Argentina (CyTA), expusieron varios referentes de esa área y finalmente ella les dio un mensaje en el que aseguró que “no puede haber” desarrollo científico y tecnológico en el país si no hay “un proyecto nacional” que lo respalde.
Del encuentro participaron varios de los referentes de CyTA, un espacio que tuvo su bautismo político en enero a través de una solicitada en Página/12: los oradores fueron Alberto Kornblihtt, Juan Carlos Paz, Noé Jitrik y Eduardo Berkin, entre otros. Todos expusieron sobre la situación de la ciencia y la tecnología en los últimos meses y coincidieron en que hay un “enorme retroceso” del rol del Estado en este área, lógicamente complementado por un avance de la actividad empresarial. Entre los asistentes también estaban el ex senador Daniel Filmus, el ex titular del Conicet, Roberto Salvarezza y el físico Jorge Aliaga entre otras personalidades destacadas.
Allí “se planteó que el principal problema de los científicos no tiene que ver con su situación particular sino con el cambio de un modelo de la economía que impide el desarrollo científico tecnológico autónomo” y se pusieron como ejemplos los casos de Atucha, Arsat y el Invap, que están siendo “dados de baja y desfinanciados” por el gobierno nacional. Además, indicaron que al “golpe salarial que han recibido los investigadores” se suma que “los recursos de los proyectos no alcanzan y no tienen actualización”.
A su turno, CFK dijo que la ciencia debe ser una “política de Estado” por su “importancia estratégica” y planteó que los científicos deben reclamarle al ministro Lino Barañao, el único que continuó desde el gobierno de Fernández de Kirchner al de Mauricio Macri, por “lo que se había comprometido y no está cumpliendo, que es continuar con los proyectos que se habían comenzado en los últimos ocho años”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-297570-2016-04-22.html