Hugo P. Castello. Delegado ATE
Parque Centenario (CONICET)
Olores nauseabundos en el “comedor”
Hace unos
pocos años se instaló un “salón comedor”, si se lo puede llamar así, en el Hall
del subsuelo de Ictiología / Herpetología. Es un conjunto de mesas y sillas,
con ventilación hacia el jardín gracias
a las ventanas existentes sobre la escalera.
Hay días de
invierno que las ventanas son mantenidas cerradas por la humedad y el frío y
hay momentos en que la atmósfera en ese “comedor” es irrespirable.
El olor a
cloaca que inunda ese local lo torna irrespirable y poco recomendado para que
funcione ahí un lugar para merendar.
Pocos saben de
donde proviene ese olor, por momentos nauseabundo
A inicios de
la década del 2000, una investigadora SINEP hizo construir un pequeño baño para
damas, muy cerca de la puerta de vidrio que lleva al local existente debajo de la
escalera de la entrada para el público (A. Gallardo 490)
El local usado
para el baño era un depósito que se usaba para almacenar objetos en desuso.
Como ella disponía de unos fondos, hizo que un albañil del plantel del museo
montara el baño en cuestión.
Como conectar
el inodoro a la cloaca mas profunda implicaba romper casi medio metro de piso,
el albañil decidió hacer un conexión clandestina y prohibida por la reglamentación,
conectando la descarga a los caños mas superficiales de descarga de la pìleta
de ese baño, que al salir de ese baño recorre en forma transversal hacia otra
pileta que existía pegada a la pared
externa de Ictiología. Contra esa pared había ahí un cuartito (Cuarto
húmedo) que estaba delimitado por estanterías
de madera y vidrio y en su piso existen aun dos tapas de cloacas, una de
superficie mas reducida y otra de mayor superficie.
Los bordes de
esas tapas de cloacas estaban rotos y a través de ellos y del sumidero de la
pileta se ventilaban los gases de ambas cloacas, la mas profunda y la superficial.
En
determinados momentos del año se acumulaban en una de ellas los deshechos
provenientes del baño de mujeres, que para poder deslizarse hacia la cañería
que corre por debajo de Ictiología, deben
sortear un desnivel en la cañería que retiene los deshechos mas sólidos. Y esa
es la fuente de los olores nauseabundos. Ha pasado una década y media
aproximadamente y nadie ha resuelto el problema.
Para colmo
instalaron el “comedor” en el peor lugar.
La humedad
Como el
subsuelo no esta ahora calefaccionado como estaba gracias a las calderas al
momento de la inauguración del edifico
del MACN en 1937, la humedad del jardín que rodea a Ictiología y otros laboratorios,
penetra por las ventanas de hierro, cuyos sistemas de apertura y cierre están
obsoletos y cierran en forma inadecuada. Al eliminar las estufas de gas y los
anafes que se usaron durante décadas, sin incidente alguno hasta el año 2005,
la humedad se hace sentir, sobretodo en el invierno y en especial en los días
de verano a eso de las 14.00 cuando el sol levanta la humedad del jardín. Los
viejos extractores de aire tampoco
sirven para ventilar adecuadamente las oficinas, laboratorios y colecciones.
Años atrás durante el verano se
evaporaba el formol y el alcohol de las botellas que hacia que cualquiera que
entraba a Ictiología detectara el gas en el aire. Los empleados ya estábamos
algo acostumbrados a respirar esos gases, aunque otros solicitaron el cambio a
oficinas en los pisos superiores.
Las fumigaciones mensuales en el subsuelo del Museo
Las intoxicaciones por fumigación de
personal del MACN que se desempeña en el
subsuelo del edificio han vuelto a centrar el foco en lo inadecuado de sus estaciones de trabajo.
En los año 2014 y 2016 se han registrado en dos
oportunidades afectación de empleados que los llevo a consulta médica y
tratamiento posterior vinculados al
hecho del contacto con el fumigante utilizado en el control de pestes de las
colecciones.
Los afectados
se desempeñaban en las áreas de paleobotánica, paleovertebrados e invertebrados.
Mas allá de si
se han cumplido las normas en cuanto al
fumigante utilizado y/o la presencia de
personal en el lugar de trabajo antes
del lapso de tiempo establecido de ventilación, debe puntualizarse:
Que el
subsuelo no cuenta con la ventilación necesaria ni aparatos de extracción
mecánica.
Que el
subsuelo no cuenta con adecuada climatización frio calor que mantenga el confort en la jornada laboral.
Que el
subsuelo mantiene condiciones no ergonómicas de trabajo como inadecuada
iluminación y, condiciones insalubres de temperatura y humedad.
Que
inicialmente el subsuelo fue construido y planificado como espacio para alojar
las colecciones y no para laboratorios y/o unidades de trabajo.
Que
transitoriamente al no ser construido el
edificio destinado a laboratorios y planificado en 1937, los investigadores
comenzaron a desarrollar sus tareas en las mismas áreas donde se almacenaban
las colecciones, y con la carencia de espacio y llegada de más personal lo
transitorio se transformo en definitivo.
Que como
corolario de lo antedicho, la necesidad de conservación preservación de las
colecciones obliga por el momento y ante la carencia de otros medios de control
de pestes a las fumigaciones periódicas.
Que el riesgo
de intoxicación del personal se debe a dos factores principales a saber:
1)
La
carencia de medios de ventilación suficientes y adecuados en el área de las
colecciones.
2)
El
hecho que los científicos y técnicos transcurran su jornada laboral en la misma
área donde se almacenan las colecciones a causa de un problema critico de
espacios.
Conclusión
El subsuelo
del MACN no es un lugar adecuado desde el punto de vista de la salud laboral
para que los científicos, técnicos y becarios convivan rodeados de las
colecciones en alcohol o taxidermizadas
El frío
durante el invierno, el calor durante el
verano, los olores nauseabundos en el comedor, la humedad y la falta de luz
natural todo el año, la falta de aparatos para refrigeración o calefacción, la
presencia de la “araña reclusa” y las fumigaciones mensuales de las colecciones
y oficinas para matar las plagas de
insectos, han tornado el subsuelo en un lugar muy desagradable para trabajar y
también peligroso para la salud
Para aquellos
que no lo conocen, el subsuelo del Museo Argentino de Ciencias Naturales.” B.
Rivadavia” (MACN) alberga las
colecciones y laboratorios de las Divisiones de peces (Ictiología), Reptiles y
anfibios (Herpetología), Mamíferos (Mastozoología), fósiles de Vertebrados
(Paleovertebrados), fósiles de Botánica
(Paleobotánica), Fósiles de Invertebrados e Invertebrados. En esos laboratorios
trabajan investigan y conviven junto con
las colecciones científicas, decenas de becarios, técnicos e Investigadores de la Carrera del Investigador
Científico del CONICET junto con técnicos y Profesionales del SINEP.
El uso del Formol
Durante
décadas conviví al lado de botellas y de recipientes de PVC, mal tapados que alojanban
parte de las colección de peces y rayas de agua dulce fijados con formol
diluido. En numerosas oportunidades me
tocó secar con la mano y un trapo
derrames accidentales de formol puro (al 40%) que me hacían lagrimear, toser y
moquear por la seria irritación que causaba
en los pulmones el formol que se evaporaba rápidamente, todo ello sin saber que
el formol es considerado por la
OMS (Organización
Mundial de la Salud )
como un agente cancerigeno altamente peligroso y que en la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la UBA
figura como droga prohibida en el Manual de Seguridad e Higiene.
Todavía ahora
estamos esperando que las autoridades del MACN preparen un folleto semejante y
que alerten sobre el riesgo cancerigeno
del formol.
Cuántas
botellas quedan aun con formol en las colecciones de Ictiología, Herpetología y
Mastozoología, lo desconocemos. Nos han informado que en la colección de
Mamíferos se estaban hirviendo dentro de
los laboratorios restos formolizados de pequeños mamíferos que se han
deteriorado y de los que desean rescatar el esqueleto. Cuando los hierven, el
formol se ventea dentro del espacio de Mastozoología y pasa a los laboratorios
vecinos.
El uso del Alcohol etílico (o Etanol)
Ya desde antes
del 2005 en Ictiología se usaba el alcohol etílico para fijar los peces de la
colección y las latas de 20
litros se almacenaban,
violando lo estipulado por la
reglamentación de Seguridad e Higiene en
el Trabajo existente a nivel nacional (Ley 19587) en un pequeño cuarto de
las antiguas calderas para calefacción al pie de la única escalera del hall
(Ictiología-Herpetología) que permite llegar a la Planta Baja y a la
puerta de A. Gallardo 490.
En el año 2005
la Asociación
de Amigos del MACN denunció el serio riesgo de incendio que corría el MACN por
la existencia de nichos hidrantes clausurados por carteleras, muebles o por
tener resecas e inoperables las mangueras de incendio o la falta de las
boquillas de bronce de las mismas. Además no se sabía si existía la suficiente
presión de agua para poder operar las mangueras en caso de incendio.
Entre otras
denuncias se le informó al entonces
subdirector del MACN, Dr. Pablo Tubaro, de la existencia de un depósito ilegal de
200 litros
de alcohol etílico en el antiguo cuarto de las calderas, quien inmediatamente
dio la orden de trasladar el alcohol a una casita en el jardín del museo. Años
más tarde se supo que las viejas calderas de calefacción del museo, guardaban
aun centenares de litros de fuel oil que nunca había sido retirados al momento
de abandonar su uso. En ese pequeño cuarto donde estaba el alcohol se
extrajeron años más tarde, más de 100 litros de fuel oil, y el cuarto se usó
hasta el 2005 junto con el alcohol, para guardar además cajas de cartón vacías
y otros papeles. Todo ello una mezcla ideal para un incendio y explosión al pie de la única escalera. (Ver partes I, II y III).
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