Las actuales
autoridades han manifestado previamente que “El Conicet tiene una tasa de crecimiento limitada, no puede tomar a
todos, todos los años".
La semana
pasada se conoció la resolución del conflicto planteado con los 489 “jóvenes científicos precarizados del CONICET
que habiendo sido seleccionados para ingresar a la carrera del Investigador
Científico no podían ingresar a la misma por falta de presupuesto.
La solución,
ya conocida por todos, fue la de prorrogar las becas de los 489 científicos
hasta Diciembre del 2017 con la condición de cada caso será tratado en forma
individual y se tratará de reubicarlos
en otras instituciones científicas como la CONEA , Universidades, etc.
La primera
pregunta que surge es: ¿Disponía el CONICET de los fondos necesarios para la
prórroga de esas 489 becas? o ¿consiguió Barañao en Olivos, el sábado 24 de
Diciembre de parte del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, los fondos para afrontar
ese compromiso?
La respuesta
no queda clara, pero detrás de esa solución queda flotando otra pregunta:
¿Es la nueva
política del Dr. Alejandro Ceccatto la de ir reduciendo el ingreso a Carrera
del Investigador, ya que a su criterio el CONICET está sobredimensionado?
La eficiencia
administrativa del CONICET, no es la adecuada. A pesar de la creación de las
OCA´s en Capital Federal y de la descentralización en el interior con la
creación de los CCT´s no ha redundado en
mayor agilidad y mayor eficiencia en el vínculo entre los científicos y los administrativos como tampoco en el trato
con el personal de Carrera de Apoyo y los becarios.
El sistema se ha tornado redundante, no sólo
hay que llenar extensos formularios online sino que además hay que imprimirlos,
firmarlos y entregarlos en las mesas de entrada.
O sea el sistema online no ha
agilizado los trámites, ya que muchas veces el sistema está saturado y se
producen muchos errores.
La entrada
masiva de personal administrativo SINEP contratados bajo el artículo 9 en los
años 2014-16 no ha mejorado para nada esta situación.
La segunda
pregunta que uno debe hacerse es ¿ por qué Ceccatto y Barañao desean traspasar
a los prorrogados a otras instituciones
científicas?
De parte de
las autoridades no ha habido una
respuesta clara al respecto y uno puede
lanzar varias hipótesis.
Una de ellas
sería que el Directorio del CONICET no
sólo no dispone de los fondos para abonar el salario de cada investigador
recién incorporado a la Carrera, sino que además carece de los medios para
construir nuevos laboratorios, dotarlo de los fondos para comprar instrumental,
otorgarles subsidios para investigación y quizás nombrar algún CPA o becarios
para trabajar bajo la dirección de ese joven científico. Es muy probable que cada nuevo científico le cueste al CONICET mas de un millón de pesos por año,, pero esta cifra sea
meramente especulativa, ya que el Directorio jamás esclareció algo al respecto.
Otra hipótesis
es que muy pocos de los 489 prorrogados
hayan aplicado para desempeñarse en otras instituciones científicas ajenas a la
estructura del CONICET.
Si el "prorrogado"
aceptara incorporarse a una universidad o a la CONEA , INIDEP, etc., el costo salarial para el
CONICET sería mucho menor, ya que el grueso del salario provendría de otras líneas
presupuestarias. Si el prorrogado fuera aceptado por la industria, algo
bastante improbable en el momento actual, el estado gastaría poco y nada y se cumpliría
el deseo de una mayor interacción entre la ciencia y la industria.
El CONICET es
víctima de su propia política, nombra miles de becarios porque es el sistema
más económico de financiar a los más de 200 institutos que dependen de su
órbita, pero cuando éstos se doctoran y desean entrar a la Carrera del
Investigador, el propio organismo no puede incorporarlos.
De las nuevas
universidades que han prosperado en el conurbano bonaerense, muy pocas de ellas
cuentan con los laboratorios de investigación. La mayoría dicta las
carreras tradicionales, como abogacía,
economía, ciencias sociales, etc.
Como la
industria no practica “investigación y desarrollo” porque las mentalidad de los
industriales argentinos es algo arcaica y prevendaria del gobierno de turno, la
mayoría de los doctores recién formados y ex becarios no encuentran donde
insertarse, y no encuentran mejor solución que quedarse dentro del “techo
protector” del CONICET.
La gran
cantidad de becarios doctorados, apoyados durante muchos año por las becas del
CONICET trae como resultado una frustración masiva que se manifestó, como lo
pudimos apreciar en la toma de la sede central del MINCyT, con el apoyo de
agrupaciones de izquierda que aprovecharon para apuntarse lo que creen fue un
tanto en contra del gobierno.
Sin embargo y con el tiempo se podría
decir que el Presidente del CONICET, Dr.
Alejandro Ceccatto se habría salido con la suya en la resolución del conflicto
con los “científicos precarizados”, pero sólo el tiempo dirá quién fue el real
ganador en esta disputa.
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